martes, 25 de marzo de 2008

Trinidad Fundadores... ¡qué delicia!


En un fin de semana de bastante tranquilidad, acompañado de un café negro cargado me dispuse a fumar una vitola Trinidad Fundadores (7,5 x 40). Está fabricado por la casa Trinidad, creada aproximadamente en 1969. Primeramente se utilizó como obsequio oficial por parte de la República de Cuba a dignatarios y autoridades. Su lanzamiento oficial al mercado de exportación fue en febrero de 1998, por lo cual tiene apenas 10 años en el mercado mundial.
Aunque particularmente este tamaño de puro no es de mis preferidos, me resultó agradable especialmente por haber sido obsequiado por un amigo en Japón. La marca Trinidad es fabricada en la afamada fábrica de Él Laguito, donde también se fabrican los legendarios puros Cohiba. De sabor medio así como cuerpo de mediana intensidad, este puro inmediatamente reveló una variedad de sabores que abarcaban desde café tostado, un poco de aliento floral y ciertos indicios de nuez moscada. El primer tercio de este puro probó ser un tanto suave en su cuerpo, el cual fue gradualmente aumentando a medida que la combustión hacía sus efectos en el resto de la vitola, con lo cual a llegar el último tercio dejó entrever un poderío que nada tiene que ver con el aspecto un tanto frágil e inofensivo del cigarro.
No fue fácil despedirme de este puro, especialmente después de haberme brindado poco menos de 50 minutos de un deleite que rayó casi en el éxtasis. Este es uno de esos puros que no debe faltar en la colección de ninguno que se precie de ser amante de la hoja de tabaco.

domingo, 23 de marzo de 2008

Cuban Parejo de Perdomo... nomás así más / menos


A mediados de Semana Santa, y con gran cantidad de tiempo disponible al no salir de vacaciones formales, una noche me dispuse a encender el magno Perdomo Cuban Parejo Belicoso Fino, un gigantesco y gordo torpedo de 6.5 x 60 de anilla... ¡casi una pulgada de grosor tenía esta bestia de cigarro! Su capa era lisa y agradable a la vista, proveniente de la codiciada hoja llamada Rosado, torcido en Esteli, Nicaragua, bajos las órdenes del polémico Nick Perdomo. La familia de puros de la línea Cuban Parejo se caracteriza por sus anillas de grandes espesores - incluso fabrican un verdadero tronco de 10 pulgadas por ¡100! de anilla, equivalentes a poco menos de 3 centímetros.
Una vez que corté el remate, bien hecho por cierto, con mi cortapuros Xikar, el tiro pre-encendido reveló que estaba muy holgado de tabaco. Es difícil torcer un puro de estas dimensiones y lograr un cigarro bien apretado, pero se agradece el intento al menos. Cada inhalada dejaba pasar casi un ciclón. El sabor pre-encendido tampoco dio indicios de mucho, solamente algo de especias aromáticas en la lejanía.
Una vez que se le aplicó flama al pie del puro, dejó ver su cuerpo medio, con sabores de rayadura de cítricos leves, cuero y pimienta. Para un puro de este tamaño, su combustión fue muy veloz, a los 80 minutos de encender, era parte del fertilizante para la jardinera. Claro, uno se siente un magnate de Hollywood fumando algo así, pero en cuanto a sabor, ésta vez Nick dejó mucho que desear. Ni modo. De los puros de Perdomo, me sigo quedando con "La Tradición Reserva Especial" en sus variedades de capa Camerún y Maduro, que luego reseñaré.

martes, 18 de marzo de 2008

Otro Mexicano, no tan malo... ni tan bueno


En una agradable noche de Lunes Santo, dispuesto a encender el asador para preparar un asado para mi esposa y yo, tuve la curiosidad de fumarme un A. Turrent Reserva de la Casa, 5.5 x 50, Torpedo, adquirido en la Tienda Te Amo de San Pedro, Nuevo León. Confieso que no esperaba gran cosa de este puro producido en las vegas de San Andrés Tuxtla, Veracruz, pero quizás mis limitadas expectativas produjeron al fin de cuentas una memorable - aunque muy breve - ocasión de disfrute.
Lo primero que me atrajo fue su aroma y suavidad en la capa; antes de encenderlo brotaron aromas casi florales, sin ser demasiado evidentes. Fue de encedido muy rápido y de combustión como si fuera un bólido de Fórmula 1, un torpedo de estas dimensiones jamás me había durado menos de 45 minutos. Este Reserva de la Casa pasó a mejor vida apenas a los 27 minutos de haberlo puesto bajo la llama, y eso que estaba al mismo tiempo atendiendo el carbón en el asador, lo mismo que el Jack Daniels sobre hielo que paladée.
Por cuanto al puro se refiere, se trataba de un cigarro de buena construcción, excelente aroma y sabor. Aunque de cuerpo muy suave para mi gusto, poseía aromas muy delicados en el paladar, principalmente a cuero y un poco de anís. Lástima que haya sido tan corto en duración porque confieso que estaba disfrutándolo, especialmente porque hacía tiempo que no estaba an contento con un puro de cuerpo suave o medio.
En fin, un Mexicano suave, aromático y delicioso. Ni muy bueno, ni tan malo.

viernes, 14 de marzo de 2008

El Poderoso Montecristo No. 2


En una palabra... WOW! Hace algún tiempo, compré mi primera caja de Montecristo No. 2, un enorme torpedo de 6.5 x 52 de anilla. La caja señala fecha de fabricación en ENE06, por lo cual tiene 2 años. El primero me lo fumé en diciembre de 2006 y fue una especie de decepción porque además de estar estrecho y difícil en el tiro, su sabor no era de lo mejor. Con este antecedente, después de 2 años de dormir en el sueño de los justos en el humidificador, esta noche de marzo de 2008 decidí darle una nueva oportunidad al Montecristo. Cuando hace años escuchaba de amigos que la única forma de disfrutar un puro cubano era con añejamiento, creí que era una exageración; pues vaya qué si me equivoqué. Algunos dicen que un puro cubano necesita entre 3-5 años de reposo para lograr el maridaje de los aceites y sabores dentro del habano, pero como quiera me la jugué con éste, de apenas 2 años en el humidor. El resultado fue una placentera experiencia de sabor y poder. Desde el encendido, reveló que sería formidable. Prendió bien, no necesitó retoque (volver a encenderlo) alguno y su combustión fue perfecta a lo largo de los más de 13 cms que fumé. Y recordando la primera experiencia de 2006, tuve que reencenderlo en varias ocasiones debido a la frescura (léase humedad) de los tabacos entremezclados. La sensación de los sabores en el paladar fue exquisitamente deliciosa. Inició con un marcado enfasis en pimienta negra y piel, para dar paso a la mitad a sabores de caramelo y nuez tostada. A diferencia del fumado en 2006, éste manifestó grandes volúmenes de humo denso y aromático. Lo dejé cuando faltaban algunos 2 cms, pero sin muchas ganas porque este puro asaltaba mis sentidos con mucha determinación. ¡Un placer total!