Antes de incluir mi reseña, experiencia, personal con este cigarro, prefiero citar lo que un gran amigo, Saka, refiere sobre este normalmente espectacular puro:
"Con sus casi 8 pulgadas de longitud y 49 de anilla, el Partagas Lusitania de La Habana es una de las vitolas más majestuosas jamás creadas. Es un cigarro espendido con acentuaciones de tierra, café, chocolate y especies exóticas que nunca permiten un momento aburrido al paladar. Con cada tiro siente uno más sabor delicioso que con el anterior. Este Doble Corona nunca pelea al fumador con su fuerza, sino que más bien le seduce a manera de sirena encantadora. Es un cigarro magnifico con exquisito aroma que lo mismo atrae hasta al más ingenuo fumador novato al tiempo que deja satisfecho al más decadente experto en Habanos. Aunque fue nombrado en honor al buque Lusitania (nombre durante el imperio romano de la porción de la península ibérica hoy conocida como Portugal), nave por cierto hundida por los alemanes en 1915, esta clásica Doble Corona cubana demuestra ser insumergible..."Hasta aquí el comentario de Saka. Mi opinión no fue tan favorable. A primera vista, este Doble Corona poseía una tonalidad café clara en la capa, suave como la seda, con algunas ligeras manchas verdosas bordeando la protuberante vena que la recorría a lo largo. Su peso correspondía a la dimensión; cortó fácilmente aunque el tiro previo al encendido era apretado, posiblemente debido a su largo. Antes de aplicarle el soplete no se detectaron sabores ni aromas discernibles. Una vez encendido, su cuerpo era de medio a suave. Para mala fortuna, comenzó a quemarse de manera desigual, corrigiéndose una vez que lo dejé en paz algunos minutos. Todavía más mala pata fue que se empezó a desenrrollar apenas transcurrida una cuarta parte, y luego otra vez a la mitad, que fue cuando decidí aplicarle la eutanasia tabaquera.
En cuanto al sabor y potencia, me duele decir que no hubo nada de nada. Si acaso algunos indicios de pasto. Su ceniza, gris oscura, se desprendía a intervalos de 2 cms. Nunca tuvo buen humo; por más que le succionaba, no salía nada. Me harté de sus problemas de combustión, de estarle chupando tratando de sacarle humo y de que finalmente se desenrrollara inmisericordemente.
Esta fue mi experiencia con el laureado Partagas Lusitania (¡de una caja de 1998!); seguramente me tocó el patito feo de la caja. ¡Ni modo!
3 comentarios:
Polo no nos castigue con tantos dias sin actividad en el blog, le enviare una duda un poco tonta y por lo mismo me apena en foro abierto.
Aldo... en esto no hay preguntas tontas. En ocasiones yo mismo soy quien formula preguntas ingenuas a mis cuates de cigarfamily.com, y esos sí que son despiadados. Aquí todos somos amigos y aficionados.
Leopoldo como estas?
espero que bien y de buenas.
saludos de el chefe maximus erectus.
ya veo tus resenas que son alegres y con el afan de informar,y por eso te doy encomio,que ofrescas lo que para ti es una verdad ,no el conformarte a el molde que otros borregos(cigar.family) siguen y que lo toman como un dogma.
ya lo dice el conocido refran ,el que no conoce a dios a cualesquier burro se le hinca....(los de cigar.family)..
en fin no te me pierdas polo y espero saber que estas bien tu y los tullos.
el chefe.
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