lunes, 18 de agosto de 2008

Cabaigaun, una agradable sorpresa!


Otra de estas tardes calurosas y con lluvia de Monterrey... y como en la TV no hay beisbol de los Cachorros de Chicago hasta el día siguiente, llegó el momento de salirse al patio a encender un cigarro que estaba ansioso por probar. Se trata del Cabaiguan, creado por el inquieto Pete Johnson y mezclado por el ya legendario torcedor cubano José "Pepín" García en El Rey de los Habanos, en su fábrica localizada en Nicaragua.
A la vista se trata de un puro que invita a admirarlo, es realmente hermoso y bien construido; con una sedosa capa en café claro del cual desde el inicio se desprenden aromas a café tostado y piel curtida. En los Estados Unidos se vende en aproximadamente 9 dólares la unidad. Este en particular era un Robusto de 5 1/2 x 52 de anilla. Su ascendencia cubana es notoria en el remate de bandera a triple vuelta, común de los mejores cigarros de la isla.
Cortó con alguna dificultad, quizás debido a que sólo reposó una semana en la caja humidificadora antes de que me venciera la curiosidad por probarlo. Encendió fácilmente y desde el principio de su combustión me dejó pasmado por el reiterado aroma a café tostado, aunque el cuero cedió su lugar para aromas de anís, una vez que llegó al final del primer medio. En cuanto a potencia, realmente esperaba otro portento de poder - como acostumbran los cigarros mezclados y torcidos por Pepín; pero no, éste ejemplar más bien estuvo del lado suave del medio. Fue otra lástima tener que botarlo a los 45 minutos.
Este cigarro bien podría convertirse en uno de los normales de la rotación semanal, desbancando al Por Larrañaga cubano. Su suavidad, combinada con mucho sabor, se antoja para una fresca mañana de diciembre en Monterrey acompañado de un café espresso doble y un buen libro o el diario local.

miércoles, 13 de agosto de 2008

Joya de Nicaragua... súper


En pleno agosto hay pocas oportunidades de disfrutar un puro al máximo; los calores en Monterrey son poco menos que insoportables - dentro o fuera de casa - con una media de 32 grados a las 9 de la noche. No obstante, puede más la afición a la hoja, así que recién recibí un "sampler" de varias marcas nuevas y después de dejarlos reposar en el humidor por una semana para aclimatarse y recuperarse del traslado desde Pensilvania, me dí a la tarea de fumar los primeros para reseñarlos.

El primero que salió de la caja fue el Joya de Nicaragua Robusto Grande, de 5.5 pulgadas de largo por 52 de anilla. Inicialmente, lo que destaca de este "puro" (o sea, hecho totalmente con hoja de un sólo país) nicaragüense es su capa oscura con tonalidad casi de chocolate. Para algunos novatos pudiera representar una intimidación ver una capa en maduro, como fue en mis tiempos de novato; sin embargo es una de las variedades más dulces de tabaco, lo cual se puede palpar una vez que pasa el miedo. Volviendo a la Joya centroamericana, ¡qué delicia de puro! Se trató de un puro ligeramente prensado, de cuerpo medio a potente con, como señalé, una sedosa capa oscura. Muy buen tiro y sabor previo al encendido, predominando un sabor entre madera y leves especias además de cuero bien curtido. Encendió fácilmente y a lo largo de su vida produjo espeso humo blanco que inundaba de aroma el alrededor. La ceniza cayó a los 1.5 cms, aprox., y se terminó en menos de 50 minutos. Para darse una idea de este puro, sépase que la prestigiada revista "Cigar Aficionado", en su edición de agosto 2008, le concedió una calificación de "89", siendo el segundo mejor puro de su categoría.

La fábrica donde se hacen los Joya de Nicaragua es la más antigua de la nación centroamericana, propiedad del político y empresario Dr. Alejandro Martínez Cuenca, quien regresó a su patria después de huir durante los tormentosos e inciertos años del sandinismo. ¡Qué bien que haya retornado para darnos esta delicia de puro... toda una joya de sabor y potencia.

Es una lástima que para los mexicanos muchos de estos puros pasen desapercibidos, opacados en parte por nuestra facilidad de encontrar puros cubanos, además del desconocimiento de muchos sobre la oferta de cigarros de otras latitudes de nuestra América.

lunes, 11 de agosto de 2008

Mezclar un cigarro... un arte excelso


A lo largo de la historia de la fabricación de puros (cigarros), la mezcla de los tabacos se ha convertido en un proceso por demás secreto. Aunque el mezclador crea sus obras maestras en base a los sabores provenientes de diferentes plantas cultivadas a partir de diferentes semillas en variadas regiones, la determinación de la potencia e intensidad de los variados aromas compitiendo por llamar la atención en un cigarro de cierta complejidad es todo un arte. La planta normal de tabaco para puros tiene alrededor de 18 hojas utilizables que se distribuyen entre 5 podas, o cortes. Desde abajo para arriba, a estas podas se les conoce en Cuba como Volado, Seco, Viso, Ligero y Corona. Para alterar el perfil de intensidad de un cigarro, los mezcladores principalmente utilizan las 3 podas intermedias.

La fuerza de cada tabaco se determina por el grosor de cada hoja y este grosor se relaciona en proporción directa a la cantidad de nutrientes que la planta recibe del sol y tierra. Debido a lo anterior, las hojas de la parte superior de la planta poseen mayor textura y sabor al estar más tiempo expuestas al sol. Además, cuando se cosechan, las hojas son pizcadas de abajo hacia arriba en un plazo de dos semanas. Al no estar las podas inferiores de la planta, una mayor proporción de los nutrientes se canalizan a la parte alta de la planta donde las hojas duran más tiempo pegadas a la planta.

Ahora bien, viene la pregunta, ¿cómo utiliza el mezclador este proceso? Depende, dicen los expertos. Si quiere subir la potencia de la mezcla entera, puede "escalar" todas las hojas (esto es, cambiar todo el tabaco de clase Seco por Viso, Ligero, etc.). Sin embargo, y casi siempre, el mezclador cambia solamente algunas de las podas de los tabacos buscando equilibrar los aromas que compiten en el producto final. Otro ejemplo, si las tonalidades dulces de un tabaco de capa procedente de Pinar del Río predominan en el paladar, casi dejando en el olvido algunas de las otras sutilezas de otros tabacos, el mezclador cambia a una poda inferior de la misma hoja de Pinar del Río, o pudiera emplear otras podas superiores de diferentes tabacos (por ejemplo, de la provincia de Santiago) para redondear su mezcla.

Como podrás imaginarte ahora, la mezcla de cigarros de calidad superior va mucho más allá de aventar al azar un montón de diferentes hojas de tabaco. Se pueden acceder a infinitos perfiles de sabor del tabaco cuando se hace énfasis en cierta semilla, plantada en cierta región, en tal o cual finca o vega, de cierto país y en cierta poda de hojas. Quizás por esta misma razón algunas de las mejores mezclas del mundo aún están por descubrirse.

¿Quién quite y dentro de algunos años pudiéramos estar reseñando un puro con capa de la vega Robaina en Pinar, con tripa combinada de Padrón en Nicaragua y de Chateau de la Fuente en República Dominicana y capote de San Andrés Tuxtla, Veracruz?