miércoles, 24 de septiembre de 2008

Poder y sabor conjugados en Punch



Para todos en la vida llegan momentos de querer disfrutar de algo que no puedes describir, aunque en tu interior sabes muy bien lo que quieres - pero estás imposibilitado de describirlo en palabras. Así me sucedió hace algunas noches mientras ponderaba acerca de qué deseaba para una agradable noche de septiembre, pocas horas antes de dejarse caer el cielo con los aguaceros clásicos de la epoca.
La decisión final no pudo ser mejor - me incliné por un Punch Corona, de 5.5 x 42 de cepo, acompañado esta vez de un rico ron venezolano que me regalaron en mi última visita a la nación bolivariana. Aunque su aspecto no es del todo invitante dadas las venas que sobresalen de su capa, en tono colorado maduro, el sabor es lo que destaca desde que te lo paseas por las fosas nasales: tabaco puro, PURO.
No pude encontrar mi cortapuros favorito, Xikar, así que me conformé con uno barato de 20 pesos comprado en Sanborn's durante alguna excursión foránea y que milagrosamente sobrevivió al "eficiente" escrutinio de los encargados de seguridad de algún aeropuerto nacional. Aún así, cortó bien, dejando entrever la pureza que tanto he elogiado. Apenas encendido, se apreció todo su poderío y muchas de las razones por las cuales este Punch es un favorito europeo.

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