Durante el fin de semana del Super Bowl 42, disfruté de dos delicias de mi colección: el sábado fue un Diplomáticos No. 3, Habano; y el lunes incineré el potente Tatuaje, norteamericano.
Toda una sorpresa resultó el Diplomáticos No. 3, originario de Cuba. Aunque relativamente nuevo (la caja está fechada ENE06) muestra un potencial de añejamiento que me hace agua la boca de anticipar qué podrá ser de este Petit Corona dentro de unos 4-5 años. El aroma antes de encender dejó sensaciones de pasto fresco, algo de cacao y nuez moscada. La capa estaba aceitosa y muy lisa. Su construcción, impecable; cortó bien, revelando el tabaco bien torcido para su preparación. Al encenderlo confirmé los aromas de pasto y un indicio de chocolate, en los labios la sensación fue de té negro endulzado. Lo que más sorprendió fue la potencia del puro; aproximadamente al tercio de comenzado reveló un poder que tenía mucho de no sentir, especialmente de un Habano tan joven como éste. Hubo un momento en que sentí que las piernas se aflojaban, así de potente... pero siempre delicioso. Muy recomendable fue esta experiencia con el Diplomáticos No. 3.
Toda una sorpresa resultó el Diplomáticos No. 3, originario de Cuba. Aunque relativamente nuevo (la caja está fechada ENE06) muestra un potencial de añejamiento que me hace agua la boca de anticipar qué podrá ser de este Petit Corona dentro de unos 4-5 años. El aroma antes de encender dejó sensaciones de pasto fresco, algo de cacao y nuez moscada. La capa estaba aceitosa y muy lisa. Su construcción, impecable; cortó bien, revelando el tabaco bien torcido para su preparación. Al encenderlo confirmé los aromas de pasto y un indicio de chocolate, en los labios la sensación fue de té negro endulzado. Lo que más sorprendió fue la potencia del puro; aproximadamente al tercio de comenzado reveló un poder que tenía mucho de no sentir, especialmente de un Habano tan joven como éste. Hubo un momento en que sentí que las piernas se aflojaban, así de potente... pero siempre delicioso. Muy recomendable fue esta experiencia con el Diplomáticos No. 3.
El lunes después del Super Bowl ganado por los Gigantes, en México era día feriado y aproveché una agradable tarde con un enorme vaso de té helado y un Tatuaje de tamaño Petit Corona, vitola que lleva el nombre de Noella. Este es un puro de lo más curioso dado que se elabora en Miami, EEUU, en la fábrica El Rey de los Habanos en la Calle 8, por el ya legendario torcedor expatriado cubano José "Pepín" García. Pepín recibió el encargo de Pete Johnson, fundador de la marca Tatuaje, de crearle un puro lo más parecido posible a los tradicionales cubanos, lo cual logró García... ¡y con creces! Todo el tabaco es de origen nicaraguense.
A la vista se trata de un puro realmente atrayente, hasta seductor. Su capa color cafe oscuro sin llegar a ser maduro despide un aroma con matices de tierra humeda, cuero y algo de especias. El remate de la tapa es en el más clásico estilo cubano con triple vuelta.
Este es un puro para conocedores, fuerte, robusto y de agradable aroma. Se nota su impecable construcción y cuidado en los detalles. No por nada su precio, la caja de 25 piezas puede rondar los 180 dólares, aunque la unidad se llega a vender hasta en 12 dólares en establecimientos.
Fue una tristeza tener que dejarlo cuando aún quedaban 1.5 centímetros, pero los dedos se me quemaban.
Seguimos echando humo después...
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