miércoles, 3 de diciembre de 2008

Noche de extremos: ¡de lo sublime a lo prosaíco!


Las frescas noches de diciembre son especialmente deliciosas para salirse al patio y con humeante taza de café (descafeínado, plis) disponerse a encender un no menos rico puro y dejar que los problemas se vayan cual humo ensortijándose a los cuatro vientos.
Sucedieron dos cosas esa noche, una buena y una mala. Empecemos con la buena. Revisando qué cigarro sacar del gabinete, recordé que tenía la foto de uno que aún no estaba reseñado: el Fuente Don Carlos No. 4, un Petit Corona de poco más de 5 pulgadas por 42 de anilla. Como todas las vitolas de la marca Arturo Fuente, tenía una construcción impecable, su capa de tonalidad colorado proveniente de Camerún y antojable desde el aspecto visual. Y si eso fue en lo visual, ¡en lo gustativo fue todavía más allá!
Al tacto, tenía suavidad y sutileza en su capa, sedosa y exudando los aceites esenciales que vienen con la edad. No estoy seguro de cuántos años lleva este Don Carlos en su dormitorio, pero sí son más de 3, suficiente tiempo para que se dé el maridaje de los sabores de las distintas hojas que lo conforman.
Una vez encendido, nuevamente deja ver todo lo que comprende la legendaria casa Arturo Fuente, de la República Dominicana: delicioso sabor a lo mejor del tabaco. Los sentidos se agasajan con matices de maderas tropicales, algo de nueces y un distante dejo de zarzamoras, ¡se los juro... así lo sentí!
El problema con este tamaño de puro es que apenas te estás enamorando y sanseacabó. Eso fue lo bueno de la noche; viene lo malo...
Como aún me quedaba algo de café en el termo, y recordando los insultos de ChefCarlitos, un amigo del alma del sitio www.cigarfamily.com, cuando reseñé este puro meses atrás, me fuí por un Rocky Patel Vintage 1990, también en formato Petit Corona. Como ya estuvo reseñado, ahí lo consultan. Lo prosaíco es fumarse un Fuente Don Carlos y seguirlo con un Patel... ¡es una ofensa!
Después de casi tocar el cielo con un Fuente, el siguiente puro fue un total y absoluto retroceso. Es análogo a admirar un Picasso y voltear después a un dibujo de jardín de niños. ¡Error!
Si se van a fumar varios puros en una misma noche, la recomendación es -- al estilo de las grandes piezas sinfónicas -- empezar con suavidad y desarrollar la velada "increscendo" hasta alcanzar el climax. Este Don Carlos debió ser secundado por al menos un Cohiba, por no decir un poderoso PSD4. Ni modo, mi error.
Saludos y seguimos echando humo...

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